En ese momento, la actriz estaba viviendo en ese país con Daniel Osvaldo. Dos años después del nacimiento de Morrison, contó una desopilante anécdota.
Jimena Barón (29) realizó una producción fotográfica para tapa de la revista Para Ti mamá junto a su hijo
Morrison (2), fruto de su relación con
Daniel Osvaldo (30). En la entrevista relató una reveladora anécdota sobre el parto de su hijo, quien nació en la casa que compartía en ese momento en Italia, por la profesión del futbolista.
"Parí en casa. Conocí unas parteras en Inglaterra. Ahí vivíamos en el bosque. Literalmente. Un lugar que era el mar, con el bosque. Y pueblo. A Daniel lo vendieron al Southampton que ya era un lugar muy chiquito y él se encargó de que viviéramos a una hora de ese lugar. Le pintó que viviéramos en un pueblo, qué se yo. Y yo estaba embarazada... medio que eso no me convencía. La clínica que había era medio tenebrosa. Y encima en Inglaterra vos vas al médico a hacerte el seguimiento del embarazo pero después parís con la partera que está en la clínica en ese momento. Ahí hablé con varias mujeres de jugadores y me dijeron que tenía que pagar una partera particular que me gustara", comenzó la actriz.
"Yo estaba muy tranquila con el parto. Sí lo hablé con Dani y le dije: 'Elijamos una partera que nos cope'. Esa relación me parecía muy importante. Así que estuve buscando en Internet, qué sé yo, cuestión que aparecen estas minas Érica y Caroline y yo las llamo. Vinieron a casa. Eran dos parteras típicas de Disney. Las clásicas parteras. Y ahí ya tuvimos una charla y me transmitieron la paz del universo. Pero medio que terminando la charla, cuando les pregunto por las clínicas ellas me cuentan que en realidad se dedican a los partos domiciliarios. Con Daniel nos miramos como 'No, bueno...'. Y nos empezaron a explicar que esto que lo otro...Nos metieron como en todo ese mambo y medio que nos empezamos a entusiasmar. Nos dio confianza. Y sobre todo a mí me pasaba que las opciones que tenía de hospitales cercanos para parir no me gustaban nada".
"Me preguntaron si quería hablar con una mina que acababa de parir en su casa por parto natural una beba de 4,600 kg, con lo cual yo dije 'bueno, si pudo ella...'. Y la mina divina, vino a mi casa con la beba, me contó todo... Cuestión que dijimos los dos que sí de una. Nos re copamos y empecé a investigar todo y decidimos hacerlo así, con el pequeño detalle de que cuando yo estoy a un mes y pico de parir, y a mi marido en su momento lo echan del club, me viene a decir que nos tenemos que ir a vivir a Italia esa misma noche. Yo estaba así (dibuja con sus manos una panza enorme). Ya tenía armado como todo mi altar en el living porque encima me hicieron hacer todo el mambo de 'dibujar mi parto, mi útero'. Tenía clases de pintura, de respiración... Entré como en todo un mambo hippie chic. Era como una movida parir así. Entonces, cuando yo estoy re tranquila, Daniel termina de armar la cuna con sus propias manos, el cuarto, todo. Ya me quedaba como el mes de estar tranquila, esperando que naciera, viene Daniel y nos dice: 'Nos tenemos que ir'.Aparte era la Juventus, un club súper importante... Nada, lo quería acompañar. Tampoco lo quería hacer sentir culpable. Yo me quería morir. Le dije: 'Explicales que tu mujer está a punto de parir'. Bueno, nos dieron un changüí hasta el día siguiente a las 6 de la mañana", agregó Jimena sobre la situación futbolística que estaba viviendo Daniel Osvaldo.
"Cuando me lo dijo le contesté: '¿Vos me estás tomando el pelo a mí?'. Bueno, nada. A todo esto me tuvieron que mandar un avión privado porque en una aerolínea normal yo no podía viajar por el estado del embarazo. O sea medio que me escondieron en un avión. A las 6 en punto despegamos, con los perros a upa, unas remeras... Y nada. La vida de los jugadores de fútbol. Llegamos, yo me fui al hotel y Daniel directamente a entrenar. Y empecé a ver cómo conseguíamos casa. Que yo sabía que encima mi casa era mi clínica. Pero lo que le dije a Daniel fue: 'Te acompaño con la mejor, pero vienen las parteras'. Así que vino una de ellas que nunca había viajado en avión en su vida ni había dejado a sus hijos. Así que vino todo el mundo: el marido de la partera, los hijos de la partera... Se hospedaron en un hotel cerca de casa, olvidate".
"Quedamos que viajaban cuando tuviera síntomas. Yo tenía fecha para el 8 de marzo, y terminé pariendo el 9. Creo que porque Daniel no estaba. Le dije a Morrison: 'No está papá, bancala'. Las parteras me habían dicho que si yo no estaba tranquila porque Daniel no estaba, no iba a parir. Y así fue. Llegó Daniel y empecé con trabajo de parto en mi casa. La partera terminó llegando justo. Igual tuvimos que tener dos parteras italianas por ley, y un pediatra italiano. Terminé pariendo en español con Daniel, en inglés con mi partera, y en italiano con las otras. Fuebizarro pero recuerdo a cada uno en su idioma decirle lo que me estaba pasando. Fue un poco largo porque Morrison tenía doble vuelta de cordón y no bajaba. Pero salió todo bárbaro", finalizó Jimena Barón el relato sobre el parto de su primer hijo, Morrison.